Skip to content
¡LO LOGRAMOS!, somos parte del cambio. Ahora iNBest está certificado bajo la norma NMX 025.

    Importancia de un plan de contingencias

    Importancia de un plan de contingencias

    Tornados, inundaciones, sismos, huracanes y cenizas volcánicas son apenas algunos de los “regalos” que la naturaleza nos brinda con frecuencia y que pueden afectar gravemente la continuidad de las operaciones de cualquier compañía.

     

    Las contingencias climáticas y los desastres naturales son cotidianos y muchas otras circunstancias imprevistas interfieren no sólo con la vida cotidiana de las personas, sino también con la actividad laboral de cualquier compañía, grande o pequeña.

     

    Por eso, todo responsable de tecnología, o directivo general, de una empresa, tiene que tener preparado (y ensayado) un plan de acción previo a cualquier pronóstico problemático.

     

    A continuación, veremos una lista de chequeo con seis tips para que cualquiera pueda verificar su grado de preparación ante una contingencia:

     

    • Validar el Plan de Back-up. Hay que verificar primero que tenemos un plan de respaldo de datos e información en marcha, y luego considerar si el acceso a esos datos es posible desde otra ubicación geográfica. Una posibilidad que está surgiendo en los últimos tiempos, es recurrir a servicios en la nube para alojar los datos claves y permitir a cualquier organización responder a cualquier condición con una mínima interrupción en los procesos.

     

    Nuevo llamado a la acción


    • Considerar el impacto de un desastre en los empleados. Hace ya tiempo que hay una coincidencia: el capital humano es el elemento principal de cualquier compañía y eso debe ser considerado en cualquier plan de contingencias. Pero con una salvedad: para cada integrante de la empresa, su propio elemento central es la familia. Y por lo tanto la compañía debe considerar este dato en el caso de, por ejemplo, tener que mudarse a otra locación en forma temporaria. En ese caso es posible que también tenga que movilizarlos junto a su familia, con los correspondientes gastos y problemas asociados que deberán ser previamente considerados.
    • Las comunicaciones. Una vez considerado el punto del recurso humano, hay que desarrollar un sistema de comunicación entre personal de la empresa. Hay que tener pensado en forma previa cómo y con qué medios se comunicará la compañía con sus empleados, con sus clientes, con sus socios de negocios y proveedores tras un desastre natural.
    • El efecto dominó. Tal como mostró el reciente accidente de la planta nuclear en Japón, un desastre regional puede terminar en otros eventos impensados. Así, un huracán no sólo provocará vientos y lluvias, sino que también puede desatar una posterior inundación, lo que, a su vez, puede agravar los cortes de energía de comunicaciones y causar cortes de rutas y complicaciones en la logística y el transporte.
    • Planear la duración de una catástrofe. Al momento de pensar un plan de contingencias, es necesario considerar el impacto que tendrá la duración de la interrupción de la vida cotidiana. Un huracán puede pasar en dos días, una inundación puede durar una semana, y la emisión de cenizas volcánicas varios meses. Cada uno de esos eventos tendrá un impacto en forma diferente en la operación de la compañía.
    • Pensamiento lateral. Aunque los directivos de la empresa tengan a punto y actualizado un plan de contingencias, es necesario considerar qué pasa con los proveedores de productos y servicios. Nuestra preparación podría no servir de nada, si nos encontramos con que un proveedor crítico deja de operar durante semanas. Esos elementos también deben ser considerados en un plan de recuperación de desastres.

    FUENTE: Seguridad Informática

     

    Nuevo llamado a la acción